METÁFORA DE LA VENTANA SUCIA

METÁFORA DE LA VENTANA SUCIA
Imagina que eres una persona muy observadora cuyo entretenimiento preferido es mirar por la ventana. Por suerte vives en una casa grande situada en calles próximas al mar donde puedes disfrutar de unas vistas fantásticas, de hecho, lo primero que haces después de trabajar y ponerte cómodo es sentarte en el sillón y contemplar el paisaje y la gente que pasea por la orilla.

Te visualizas como el director de tu propia película donde imaginas todo tipo de situaciones que puedan pasar y puedan pasarle a cada una de las personas que ves a través de la ventana.

A diario en torno a la misma hora suele sentarse en la playa un chico con un blog de notas y te gusta imaginar que realmente es un escritor desconocido al que le gusta escribir novelas románticas. También sueles ver a una pareja de chicas que suelen salir a pasear juntas y, te gusta imaginar que son dos hermanas que se cuentan experiencias divertidas sobre un viaje que una de ellas realizó con sus amigas. Además, visualizas a una anciana sentada en un banco del paseo marítimo e imaginas que está pensando en el amor de su vida que falleció años antes.

Pero, un día, aparece una misteriosa mancha en tu ventana. Una mancha muy molesta que no te permite mirar por la ventana y te impide disfrutar de las maravillosas vistas al mar. Intentas quitarla por todos los medios, la frotas, utilizas diferentes productos, incluso cambias el cristal, pero la mancha siempre sigue apareciendo. No puedes entenderlo, quieres seguir viendo todo como lo veías antes de que la mancha apareciese y te frustra y pone triste no poder hacerlo.

Pero un día entiendes que únicamente estabas mirando la mancha, estabas enfadada con ella y eso te impedía mirar por la ventana, porque el hecho de que estuviese allí tapando parte de tu vista no significaba que no pudieses mirar. Comprendes que el enfado no estaba en la mancha sino en ti. No tiene por qué gustarte que esté, pero no es la responsable de tu felicidad, puedes imaginar nuevas películas en las que se incluya la mancha de la ventana. En cuanto a ti, quizás la mancha siga eternamente, pero muchas veces ni si quiera te darás cuenta de que está ahí porque ahora tú decides dónde quieres mirar.

Esta entrada tiene un comentario

  1. Leticia

    Me ha encantado esta metáfora, y cómo a través de éstas se pueden entender tantas cosas cotidianas. Yo soy la primera que me fijo y me enquisto a veces en un punto, en ese detalle que perturba mis días. Intentaré poner en práctica lo que enseñáis, no enfadarme tan fácilmente y ser consciente de que mis quejas e inestabilidad dependen de cómo observé e interprete lo que sucede.

    Gracias por vuestras enseñanzas!

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